Había una vez un diplodocus chiquitín. Era tan chiquitín que aún no había salido del huevo. Hasta que hizo un agujerito para mirar qué había fuera. El diplodocus chiquitín sacó la cabeza y el mundo le pareció muy bonito. Pero entonces notó que todo el suelo temblaba
Artículos relacionados
Vista previa: EL DIPLODOCUS CHIQUITÍN
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.