AUSTEN,JANE
«El equilibrio de sus dones era singularmente perfecto. Entre susnovelas acabadas no hay fracasos, y entre sus muchos capítulos, pocosque desciendan llamativamente por debajo del nivel de los otros. Pero, después de todo, murió a los cuarenta y dos años. Murió en su mejormomento. [...] Habría sido la predecesora de Henry James y de Proust,pero ya es suficiente. Vanas son estas especulaciones: la artista másperfecta entre las mujeres, la escritora cuyos libros son inmortales,murió justo cuando estaba empezando a sentir confianza en su propioéxito».Virginia Woolf